La apertura
Estar abiertos significa cultivar en nuestro interior los estados receptivos quien se encuentran bajo las capas superficiales del juicio y la expectativa.
Lograr y mantener un estado de apertura nos exige que observemos nuestra reactividad interna y que nos demos cuenta, por ejemplo, de que actuamos con el piloto automático y nos dejamos arrastrar por las distorsiones que las emociones imponen a nuestra percepción sobre los demás.
Al percibir esto con claridad en lugar de condenarnos, nos abrimos a lo que es, lo aceptamos y actuamos para transformarlo, si elegimos hacerlo. Este es el papel modificador de la mente.
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